Las estrellas siempre están ahí. Busca la tuya.

martes, 14 de septiembre de 2010

"La liberación consiste en liberarse de uno mismo, en liberarse de la imagen de quien creemos ser. Eso es la liberación. Es toda una revelación ver que no somos nada, y después vivir completamente en sintonía con ese nada".

(Jean Klin)

"Resultaba extraño experimentar una sensación tan grande de afecto, no por algo o por alguien, sino la plenitud de lo que puede llamarse amor. Lo único que importaba era sentir su misma profundidad, pero no con la pequeña mente ridícula y con los incesantes murmullos del pensamiento, sino con el silencio. El silencio es el único medio o instrumento que puede profundizar en ese algo.
No sabemos lo que es el amor; conocemos sus síntomas, el placer, la ansiedad, el dolor, etc.; tratamos de resolver los síntomas, lo cual es vuelve un deambular en medio de la oscuridad, y empleamos nuestra vida en eso, hasta que finalmente llega la muerte.
Allí, mientras uno permanecía en la orilla del lago, contemplando la belleza del agua, todos los problemas humanos, los problemas de la sociedad encontrarían su justo lugar si uno de forma silenciosa pudiera profundizar en esta cosa que llamamos amor.
Todo joven dice que ama a alguna mujer; el sacerdote a su dios; la madre a sus hijos, etc. En realidad hemos desvalorizado esa palabra cargándola con unos valores sin sentido producto de nuestros estrechos y mezquinos yoes. En ese pequeño contexto limitado tratamos de encontrar esa otra cosa, pero amargamente regresamos a nuestra confusión y desdicha de todos los días.
Sin embargo, esa cosa estaba allí, en el agua, en todo que la había alrededor, en la hoja, en el pato, en la mujer. No era una identificación romántica, sino que estaba allí, tan real como ese automóvil o aquel barco.
El amor es la única cosa que dará respuesta a todos nuestros problemas; no, no una respuesta, porque entonces no habría más problemas.
No es posible alcanzarlo o retenerlo, pero a veces, si permanecemos a la orilla del camino o junto al lago observando una flor, un árbol o al granjero labrando la tierra, si estamos en silencio, no soñando o aburridos, sino en profundo silencio, entonces, tal vez, el amor llegue a uno.
Si viene, no trate de atraparlo, no lo atesore como una experiencia; una vez eso le toque, usted nunca más volverá a ser el mismo.
(Jiddu).

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