Las estrellas siempre están ahí. Busca la tuya.

lunes, 28 de febrero de 2011




La Vida es agradecer poder ver otro amanecer.


"Permanece aquí como persona,
permanece de pie junto al río e invoca a los búhos.
Invoca al invierno y luego a la primavera
y deja que se presente cualquier estación y hable con su propia voz,
y cuando el sonido se desvanezca, espera.

Una lenta burbuja se eleva sobre la tierra
y empieza a abarcarlo todo: el cielo, las estrellas y el espacio,
hasta el rápido y expansivo pensamiento.
Vuelve y escucha de nuevo el sonido.

Súbitamente tu sueño coincide con el sueño
de todos los demás y el resultado es el mundo.
Si escuchases una llamada diferente, ya no sería la llamada del mundo,
de tí, del río o del búho.

Es importante el modo en que estás aquí, el modo en que
escuchas las cosas que suceden, el modo en que respiras."

(William Stafford, "Ser una persona")

domingo, 20 de febrero de 2011

El silencio habla.


Cuando pierdes contacto con la quietud interior, pierdes contacto contigo mismo. Cuando pierdes contacto contigo mismo, te pierdes en el mundo.
Tu sentido más interno de ti mismo, tu sentido de quién eres, es inseparable de la quietud. Ése es el Yo Soy que es más profundo que el nombre y la forma.


La quietud es tu naturaleza esencial. ¿Qué es la quietud? El espacio interno o conciencia en el que las palabras de esta página son percibidas y se convierten en pensamientos. Sin esa conciencia, no habría percepción, ni pensamientos, ni mundo.
Tú eres esa conciencia, disfrazada de persona.

El equivalente del ruido externo es el ruido interno del pensamiento. El equivalente del silencio externo es la quietud interna.
Cuando quiera que haya silencio a tu alrededor, escúchalo. Esto significa que, simplemente, has de darte cuenta de él. Préstale atención. Escuchar el silencio despierta la dimensión de quietud dentro de ti, porque sólo la quietud te permite ser consciente del silencio.
Observa que en el momento de darte cuenta del silencio que te rodea, no estás pensando. Eres consciente, pero no piensas.

Cuando te das cuenta del silencio, se produce inmediatamente ese estado de serena alerta interna. Estás presente. Has salido de miles de años de condicionamiento colectivo humano.

Mira un árbol, una flor, una planta. Deja que tu conciencia descanse en ellos.
¡Qué quietud manifiestan, qué profundamente enraizados están en el Ser! Permite que la naturaleza te enseñe la quietud.
Cuando miras un árbol y percibes su quietud, tú mismo te aquietas. Conectas con él a un nivel muy profundo. Te sientes unido a cualquier cosa que percibes en y a través de la quietud. Sentir tu unidad de ti mismo con todas las cosas es verdadero amor.

El silencio ayuda, pero no es necesario para hallar la quietud. Aunque haya ruido, puedes sintonizar con la quietud subyacente, el espacio en el que surge el ruido. Ese es el espacio interno de pura conciencia, la conciencia misma.
Puedes darte cuenta de que la conciencia es el trasfondo de todas tus percepciones sensoriales, de toda tu actividad mental. Siendo consciente de la conciencia surge la quietud interna.
Cualquier ruido molesto puede ser tan útil como el silencio. ¿Cómo? Abandonando tu resistencia interna al ruido y permitiendo que sea como es; esa aceptación también te lleva al reino de paz interna que es quietud.
Cuando aceptas profundamente este momento tal como es —tome la forma que tome—, estás sereno, estás en paz.
Presta atención a la pausa: la pausa entre dos pensamientos, al breve y silencioso espacio entre las palabras de una conversación, entre las notas de un piano o de una flauta, o al breve descanso entre la inspiración y la espiración.
Cuando prestas atención a esas pausas, la conciencia de «algo» se convierte simplemente en conciencia. Surge de dentro de ti la dimensión informe de pura conciencia y reemplaza la identificación con la forma.
La verdadera inteligencia actúa silenciosamente. Es en la quietud donde encontramos la creatividad y la solución a los problemas.
¿Es la quietud tan sólo ausencia de ruido y contenido? No; es la inteligencia
misma: la conciencia subyacente de la que nace toda forma. ¿Y cómo podría eso estar
separado de quien tú eres?
De allí salió la forma que crees ser, y lo que la sustenta.
Es la esencia de todas las galaxias y de las hojas de hierba; de todas las flores, árboles, pájaros, y de todas las demás formas.
La quietud es la única cosa de este mundo que no tiene forma. Pero en realidad
no es una cosa, y tampoco es de este mundo.
Cuando miras un árbol o un ser humano desde la quietud, ¿quién está mirando? Algo más profundo que la persona. La conciencia está mirando a su creación. En la Biblia se dice que Dios creó el mundo y vio que era bueno. Eso es lo que ves cuando miras sin pensamiento, desde la quietud.
¿Necesitas más conocimiento? ¿Crees que más información, u ordenadores más rápidos, o más análisis científicos e intelectuales van a salvar al mundo? ¿No es sabiduría lo que más necesita la humanidad en estos momentos?
Pero ¿qué es la sabiduría? ¿Dónde se encuentra? La sabiduría viene cuando uno
es capaz de aquietarse. Sólo mira, sólo escucha. No hace falta nada más.
Aquietarse,
mirar y escuchar activa la inteligencia no conceptual que anida dentro de ti. Deja que
la quietud dirija tus palabras y tus acciones.

(E. Tolle, "El silencio habla")

"Ya lo ves, Paola- continuó-. No has de tomarte la vida demasiado en serio. Aprecia todas las bendiciones que te han sido dadas. No se trata de que seas la más alta, ni la más fuerte, ni la más inteligente. Sólo debes intentar ser la más hermosa a tus propios ojos. Deja de pensar lo que los otros opinen de tus actos. Mira esas cosas importantes de la vida que el niño aún puede ver y que los adultos muy a menudo olvidan.
-Y piensa usted que si me comporto de esa manera me sucederá algo especial? - preguntó Paola.
-Quizá no me creas- dijo el Almirante sonriendo- pero ya ha sucedido.
Sonreí.
(Sergio Bambarén, "El guardián de la luz")

viernes, 18 de febrero de 2011

Sobre el conocimiento de sí mismo


"Y un hombre dijo: "Háblamos del conocimiento de sí mismo."

Y el contestó diciendo:

Vuestros corazones conocen en silencio los secretos de los días y las noches.

Pero vuestros oídos anhelan oír lo que vuestro corazón sabe.

Sabréis en palabras lo que siempre habéis sabido en pensamientos.

Tocaréis con los dedos el cuerpo desnudo de vuestros sueños.

Y está bien que así sea.

El manantial oculto de vuestra alma precisa manar y correr murmurando hasta el mar;

y el tesoro de vuestras profundidades insondables será revelado a vuestros ojos.

Pero que no haya balanzas para pesar vuestro tesoro secreto;

Y no busquéis el fondo de vuestro conocimiento con pértigas ni sondas.

Pues el yo es un mar infinito e inconmensurable.

No digaís: "he hallado la verdad", sino más bien: "he hallado una verdad."

No digaís: "he hallado el camino del alma". Decid mejor: "he hallado el alma caminando por mi senda."

Pues el alma recorrer todos los caminos.

El alma no avanza por una recta ni crece como un carrizo.

El alma se abre como un loto de infinitos pétalos"


Extracto de "El Jardín del Profeta":


"La vida canta nuestros silencios y sueña mientras dormimos. Incluso cuando estamos abatidos y bajos de moral, la vida está entronando en lo alto. Y cuando lloramos, la vida sonríe al nuevo día y es libre aunque nosotros arrastremos nuestras cadenas."

"Con frecuencia hablamos de la vida con amargura, pero sólo cuando estamos amargados y confundidos. Y la acusamos de vacua e inútil, pero sólo cuando el alma vaga por lugares desolados y el corazón está ebrio por ser de sí mismo consciente en exceso."

"La vida es profunda y alta y distante; y aunque vuestra vasta visión sólo alcanza a verle los pies, está siempre cerca; y aunque vuestro aliento sólo le alcanza el corazón, la sombra de vuestra sombra le cruza el semblante, y el eco de vuestro grito más quedo deviene una primavera y un otoño en su pecho."

"Y la vida está velada y oculta, tal como vuestro ser superior está oculto y velado. Mas cuando la vida habla, todos los vientos devienen palabras; y cuando vuelve a hablar, las sonrisas de vuestros labios y las lágrimas de vuestros ojos también devienen palabras. Cuando ella canta, los sordos oyen; y cuando viene caminando, los ciegos la perciben y se asombran y la siguen maravillados y perplejos".


(Jalil Gibrán)

jueves, 17 de febrero de 2011

Sobre la inmortalidad




Mucho se ha hablado de la inmortalidad. Hay quien dice que hay maestros espirituales que llevan siglos con nosotros, que siguen enseñando su camino y por eso no quieren abandonar esta existencia.
Otros dicen que cuando abandonemos este cuerpo, iremos a una vida mejor, al paraíso, o a formar parte del Todo, de la Energía Universal, del Alma Universal, etc.
Otros dicen que la Tierra volverá a ser un paraíso, con el regreso de Dios.
Otros esperan la llegada del Mesías.
Otros…..
Yo no se lo que me pasará dentro de un minuto.
Así que no tengo la clave o la certeza de lo que pasará cuando me muera.

Sigo siendo un ser vivo, con las mismas moléculas que los demás seres vivos, y por muy espiritual que sea, o crea que sea, no puedo cambiar esto. Sigo regida por las mismas leyes físicas y biológicas que me llevan a estar aquí, en este instante, al igual que al Resto de Todo.

Me gusta creer que la palabra inmortalidad la usan los sabios para definir un estado presente, un estado de paz, un estado de Presencia aquí y ahora, donde no existe la muerte, o donde no existe el pensamiento de muerte.

Los antiguos taoístas llamaban Inmortalidad a las personas que habían conseguido estar y ser en el Tao. Una inmortalidad de Presencia, de seguir el rumbo de la Vida, de oír la lluvia, sin querer cambiar su intensidad; de escuchar a las personas sin querer cambiarlas; de ver una flor y no catalogarla, de no decir si es más bonita que otra.

La Inmortalidad está en una gota de agua que sigue su curso.

Igual estoy equivocada, pero no quiero que, al final de mi camino, sean ciertas las palabras de Julio Iglesias.


De tanto correr por la vida sin freno
Me olvidé que la vida se vive un momento
De tanto querer ser en todo el primero
Me olvidé de vivir los detalles pequeños.

miércoles, 16 de febrero de 2011

El presente

Para Osho y los maestros espirituales, igual que para los científicos especializados en física cuántica, sólo existe el presente. Vivimos un eterno presente, esta es la realidad que defenderemos. La visión materialista es que vivimos para el futuro, pero la realidad es que el futuro es un presente que nos invade constantemente. Por tanto, estamos mucho más cercanos a la visión espiritualista que nos asegura que vivimos el presente.
El presente es algo eterno, siempre estamos viviendo en el presente, todo acontece en el presente. Jamás tenemos la experiencia de que el presente se acabe, incluso si muriésemos, no estaríamos allí para sentir que nada se acabe.
El lector puede argumentar que también existe el pasado. Evidentemente existe un pasado, pero cuando pensamos en el pasado, lo único que realmente reconocemos es cierto recuerdo, pero ese recuerdo es, en sí mismo, una experiencia del presente. No podemos regresar al pasado para modificar nada de este, los hechos acontecidos son inmodificables, los errores cometidos no pueden cambiarse, los momentos de alegría y placer son irrecuperables. Aunque repitiésemos las mismas acciones siempre sería distinto. No nos engañemos estamos viviendo un eterno presente, siempre estamos en el presente, en el aquí y ahora.
Los maestros espirituales insisten en la necesidad de comprender que el tiempo no existe, que vivimos un continuo presente, siempre estamos en el presente, en el aquí y ahora. La mente nos engaña creando etapas con el pasado y el futuro, nunca estamos en el pasado ni tampoco en el futuro, siempre estamos en el presente.
El tiempo es una invención del hombre para medir fenómenos de la naturaleza. El tiempo es asimétrico. Una prueba de ello es que recordamos el pasado, pero no el futuro.
En la moderna física cuántica la noción del tiempo no existe. Los físicos saben que la llamada flecha del tiempo nos hace recordar el pasado y no el futuro, pero a escalas muy pequeñas, la noción del tiempo no existe.
Para los maestros espirituales de Oriente esta noción del tiempo es verdaderamente el eje de su enseñanza. Siempre han insistido en el hecho de que debemos estar presente, y estar presentes es no estar pensando en el pasado ni imaginar el futuro, sino vivir el presente como lo único que existe. La mente siempre intenta trasladarnos a recuerdos del pasado o proyectos del futuro, parece que no quisiera vivir el presente que es la única realidad que existe. Pasado y futuro no son más que una ilusión, un espejismo de algo que no existe en el presente.
“Todo es ilusión salvo el presente. Para estar más presente hay que interesarte más en lo que nos rodea que en la imaginación. Cuando uno se aferra al presente la conciencia es divina” (R. E. Burton)
“La realidad no cambia, pero tu percepción de la realidad cambia a medida que tu conciencia cambia”
(John White).
La realidad no cambia, pero hay muchas posibilidades de ver esa realidad. Si nuestra conciencia cambia la realidad que vemos, ya es distinta. Y eso es lo que pretenden las enseñanzas espirituales, que nos demos cuenta que solo vemos una parte de la realidad, pero que si evolucionamos, si nuestra conciencia crece, captaremos esa realidad de otra forma.

(Jorge Blaschke, Más allá de Osho)

“Nadie puede enseñarte a ver”
“Vivimos gracias a la energía prestada por la naturaleza y cuando morimos tenemos que devolverla y pasamos a formar parte de todo”
“La riqueza de este mundo no está en el suelo, está a nuestro alrededor”
(frases de Avatar)
“Levanta Leroy, lo que buscas no está escrito en el suelo”
(El último dragón)

lunes, 14 de febrero de 2011

"El sermón silencioso"

"De la nada,
del silencio más puro
brota un mundo.
Y el mundo
no está separado del silencio,
y el silencio
no está separado del mundo.

¿Quién sabe esto?

Decir "no hay yo",
decir "hay yo",
decir "el yo es ilusorio"
o decir cualquier otra cosa
( e incluso decir esto)
es decir ya demasiado.

Todo lo que podamos decir
no es,
pero no decir nada
tampoco es.

Ni tampoco sirve
decir que es inefable.

Más allá de las palabras,
más allá de las enseñanzas de los hombres,
más allá de las experiencias que pueda tener una persona,
más allá de todos los recuerdos pasados
y más allá de todas las ideas futuras,
¿qué es real?.

Este momento.

No la idea de esto,
ni el pensamiento de esto,
sino esto
( y aquí es donde fracasan todas las palabras),
esta apariencia presente:

El tintineo de las llaves,
el zumbido del ventilador del portátil,
la respiración,
la bocina de un coche
y el crujido del piso de madera.

No hay nada que entender.
La idea de que hay algo que entender nos hace creer que hay algo que entender.
Pero lo cierto es que no hay nada que entender.

Los sabios te dicen que hay algo que entender y los libros que insisten en que hay algo que entender acaban haciéndote creer que hay algo que entender.
Pero esto no puede ser entendido.
Esto ya es esto.
Así de simple.
Recuerda el sermón silencioso del Buda que, sin decir nada, mantuvo entre sus dedos una flor ante su audiencia. Sólo Kasyapa sonrió, mientras que el resto permaneció desconcertado.
Kasyapa fue el único que "entendió", porque sabía que no había nada que entender.

Sólo había una flor. Cuando buscas algo diferente a la flor, realmente no ves la flor. Kasyapa vio la flor y le gustó.

Así de sencillo. Así de evidente."

(Jeff Foster)

sábado, 5 de febrero de 2011

Sobre la religión

Y un viejo sacerdote dijo: "Háblanos de la religión".
Y él dijo:
¿Acaso he hablado hoy de otra cosa?
¿No es la religión todo acto y reflexión?
¿Y aquello que no es acto ni reflexión, sino una maravilla y una sorpresa que no cesa en el alma, incluso cuando las manos tallan la piedra o se ocupan del telar?
¿Quién puede separar su fe de sus actos o su creencia de sus ocupaciones?
¿Quién puede esparcir sus horas ante sí diciendo: "Ésta es para Dios, ésta es para mí;
Ésta es para mí alma, y esta otra para mí cuerpo"?
Quien luce su moralidad como si fuese su mejor atuendo, mejor estaría desnudo.
El viento y el sol no le curtirán la piel.
Y quién define su conducta mediante la ética aprisiona a su pájaro cantor en una jaula.
La canción más libre no surge detrás de barrotes y alambradas.
Y aquel para quien rendir culto es una ventana que se abre pero también se cierra, todavía no ha visitado la casa de su alma cuyas ventanas permanecen abiertas de un alba a la siguiente.
Vuestra vida cotidiana es vuestro templo y vuestra religión.
Cuando entréis en ella hacedlo con todo vuestro ser.
Llevad el arado y la fragua y el mazo y el laúd, las cosas que habéis creado por necesidad o por placer.
Pues en el ensueño no podéis alzaros por encima de vuestros logros ni caer más bajo que vuestros fracasos.
Y llevad con vosotros a todos los hombres.
Pues en la adoración no podéis volar más alto que sus esperanzas ni humillaros más que su desesperación.
Y si conocierais a Dios no queráis por ello resolver los enigmas.
Mirad a vuestro alrededor y le veréis jugando con vuestros hijos.
Y mirad al espacio; le veréis caminando en las nubes, abriendo sus brazos en el relámpago y descendiendo en forma de lluvia.
Le veréis sonreír en las flores y agitar sus manos en los árboles.

Un buscador de silencios soy yo, ¿y qué tesoro he hallado en los silencios, que pueda ofrecer en confianza?

Estos son los creyentes de la VIDA.

(Jalil Gibrán)


(ainssss, ESENCIA PURA)
:-)

jueves, 3 de febrero de 2011

Un estereotipo.

El otro día, hablando con un señor, me dijo que "los ricos son felices".
Bueno, la verdad es que no quise debatir esa idea tan estereotipada y tan programada dentro de nosotros.
Una persona con salud, trabajo, sitio donde vivir, con las necesidades básicas super-cubiertas, con dinero en el bolsillo, yo le considero rico.
El problema radica, creo yo, en la "necesidad" de:
1- creer conocer a todos los ricos y sus interioridades ( o sea, saber si, sin máscaras externas, son realmente felices con su dinero).
2-seguir con la programación mental impuesta ( capitalista y consumista) de que con dinero se es feliz.
3-no estar contento ni agradecer lo que tenemos.
4-compararse continuamente sin saber nada de los demás.
5-vivir en la ilusión de que mañana o pasado, si "tuviera" o si "consigo" esto o lo otro, seremos felices.
6-seguir pensando que la felicidad es cosa externa.
etc., etc.

"No es más feliz quien más tiene, sino quien menos necesita".




"Nuestro tiempo está signado, indudablemente, por la crisis. Vivimos los estragos de la pérdida de ideales, el trastocamiento de valores y la consecuencia pérdida de sentido de la vida humana. Pareciera que el hombre ha olvidado la clave de su propia identidad y con ello el rumbo de su existencia.

Hablamos de un hombre que anhela profundamente la felicidad pero que, al no conocerse, opta por caminos errados, por rutas sin destino. Hablamos de los sucedáneos, de sustitutos que, con apariencia de bien, tratan de saciar las aspiraciones últimas del hombre, el anhelo de infinito que habita en su corazón, con respuestas finitas y parciales como el poder, el placer y el tener.

Esto forma parte de una cultura de muerte que trae, entre otras cosas, dos consecuencias funestas. Por un lado, arraiga en el hombre un hábito de procurar saciar sus necesidades no con lo que realmente sacia, sino con meros sucedáneos por el solo hecho de que resultan más cómodos de adquirir, fabricados al por mayor y ofrecidos bajo coloridas etiquetas. Es la opción por los facilismos, por tomar in supuesto atajo que en realidad conduce a un abismo de mediocridad. ¿Para qué buscar amistades auténticas si todo el mundo prefiere relaciones superficiales? ¿Para qué buscar un amor profundo y puro si basta con sentirse bien? ¿Para qué morir por ideales si ya nadie creo en ellos e igual sobrevive? ¿Para qué buscar ser auténticamente valioso si basta con aparentar lo que el resto quiere ver?

La otra consecuencia es que se cae en una terrible inconsciencia. El ser humano pierde sensibilidad frente a sus propios dinamismos fundamentales. Se hace incapaz de oír los anhelos de su corazón endureciendo, y no sólo decodificando equivocadamente sus necesidades profundas, sino que se hace sordo a ellas y a sí mismo. Por ello el hombre vive alienado, ajeno al palpitar de su corazón.

Sobreviene entonces una frustración profunda, ya que en el fondo las necesidades del hombre no son saciadas, sus dinamismos fundamentales se ven truncos y el hambre interior persiste, añadiendo a la insatisfacción existencial la angustia de no encontrar respuestas a la medida de sus aspiraciones."
(Juan Pablo II).

SÓLO OBSERVAR

"Les ruego que escuchen esto. Háganlo mientras estoy hablando. No piensen al respecto, sino hagánlo ahora (no piensen, solo fluyan aquí, ahora). O sea, estén conscientes de los árboles, de la palmera, del cielo; oigan el graznido de los cuervos, vean la luz sobre lo interno. Verán que pueden observar, pueden estar atentos sin opción alguna a las cosas exteriores. Esto es muy fácil. Pero moverse en lo interno y estar atentos sin condenar, justificar ni compara, es- más difícil. Sólo estén conscientes de lo que ocurre dentro de ustedes; de sus creencias, sus temores, sus dogmas, sus esperanzas, frustraciones, ambiciones y todo lo demás. Estonces lo consciente y lo inconsciente comienzan a relevarse. Ustedes no tienen que hacer nada al respecto.
Sólo estén alerta, es todo cuanto tienen que hacer; háganlo sin condenar, sin forzar, sin tratar de cambiar aquello a lo que están alerta. Estonces es como la marea que llega. Uno no puede impedir que la marea llegue; construyan un muro, hagan lo que quieran, ella vendrá con una energía tremenda ( cuanto más queremos reprimir un pensamiento, más fuerte se hace).
De igual modo, si están alerta sin optar ( sin juzgar), comienza a desplegarse todo el campo de la conciencia. Y, a medida que se despliega, ustedes deben seguir lo que se va relevando; esto se vuelve extraordinariamente difícil; seguir cada pensamiento, cada sentimiento, cada deseo secreto. Se vuelve difícil en el momento en que resisten, en que dicen: "esto es feo", "esto es bueno", "esto es malo", "conservaré esto", "no conservaré aquello·.
Así es como empiezan con lo externo y se mueven hacia lo interno. ( sin prejuicios ni programaciones mentales). Entonces encontrarán, cuando se muevan internamente, que lo interno y lo externo no son cosas distintas, que la percepción alerta externa no es diferente de la percepción alerta interna, que ambas son la misma cosa. Entonces verán que están viviendo en el pasado, y así jamás hay un instante de vivir verdadero; Sólo lo hay cuando ni el pasado ni el futuro existen, o sea, en el instante presente. Encontrarán, pues, que siempre están viviendo en el pasado: lo que sintieron, lo inteligentes, lo buenos, lo malos que fueron.. siempre en los recuerdos ( y en las ideas preconcebidas). Eso es memoria. Tienen que comprender, entonces, la memoria, no negarla, no reprimirla, no escapar de ella. Si un hombre ha hecho voto de celibato y se aferra a ese recuerdo, cuando se aparta del recuerdo se siente culpable; y eso sofoca su vida.
Comiencen, pues, a observarlo todo; de ese modo se volverán muy sensibles. Por lo tanto, escuchando, viendo no sólo el mundo externo, los gestos externos, sino también la mente interna que mira y, por eso, siente, cuando están alerta de ese modo, sin optar, no hay esfuerzo alguno. Es muy importante comprender esto."
(Jiddu Krisnamurti)

Nota1: la cursiva es mía.
Nota 2: no hay imagenes ni fotografías; con esta enseñanza sobra todo lo "superficial" o sea, cualquier "aditivo".