Las estrellas siempre están ahí. Busca la tuya.

lunes, 14 de febrero de 2011

"El sermón silencioso"

"De la nada,
del silencio más puro
brota un mundo.
Y el mundo
no está separado del silencio,
y el silencio
no está separado del mundo.

¿Quién sabe esto?

Decir "no hay yo",
decir "hay yo",
decir "el yo es ilusorio"
o decir cualquier otra cosa
( e incluso decir esto)
es decir ya demasiado.

Todo lo que podamos decir
no es,
pero no decir nada
tampoco es.

Ni tampoco sirve
decir que es inefable.

Más allá de las palabras,
más allá de las enseñanzas de los hombres,
más allá de las experiencias que pueda tener una persona,
más allá de todos los recuerdos pasados
y más allá de todas las ideas futuras,
¿qué es real?.

Este momento.

No la idea de esto,
ni el pensamiento de esto,
sino esto
( y aquí es donde fracasan todas las palabras),
esta apariencia presente:

El tintineo de las llaves,
el zumbido del ventilador del portátil,
la respiración,
la bocina de un coche
y el crujido del piso de madera.

No hay nada que entender.
La idea de que hay algo que entender nos hace creer que hay algo que entender.
Pero lo cierto es que no hay nada que entender.

Los sabios te dicen que hay algo que entender y los libros que insisten en que hay algo que entender acaban haciéndote creer que hay algo que entender.
Pero esto no puede ser entendido.
Esto ya es esto.
Así de simple.
Recuerda el sermón silencioso del Buda que, sin decir nada, mantuvo entre sus dedos una flor ante su audiencia. Sólo Kasyapa sonrió, mientras que el resto permaneció desconcertado.
Kasyapa fue el único que "entendió", porque sabía que no había nada que entender.

Sólo había una flor. Cuando buscas algo diferente a la flor, realmente no ves la flor. Kasyapa vio la flor y le gustó.

Así de sencillo. Así de evidente."

(Jeff Foster)

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