Las estrellas siempre están ahí. Busca la tuya.

jueves, 17 de febrero de 2011

Sobre la inmortalidad




Mucho se ha hablado de la inmortalidad. Hay quien dice que hay maestros espirituales que llevan siglos con nosotros, que siguen enseñando su camino y por eso no quieren abandonar esta existencia.
Otros dicen que cuando abandonemos este cuerpo, iremos a una vida mejor, al paraíso, o a formar parte del Todo, de la Energía Universal, del Alma Universal, etc.
Otros dicen que la Tierra volverá a ser un paraíso, con el regreso de Dios.
Otros esperan la llegada del Mesías.
Otros…..
Yo no se lo que me pasará dentro de un minuto.
Así que no tengo la clave o la certeza de lo que pasará cuando me muera.

Sigo siendo un ser vivo, con las mismas moléculas que los demás seres vivos, y por muy espiritual que sea, o crea que sea, no puedo cambiar esto. Sigo regida por las mismas leyes físicas y biológicas que me llevan a estar aquí, en este instante, al igual que al Resto de Todo.

Me gusta creer que la palabra inmortalidad la usan los sabios para definir un estado presente, un estado de paz, un estado de Presencia aquí y ahora, donde no existe la muerte, o donde no existe el pensamiento de muerte.

Los antiguos taoístas llamaban Inmortalidad a las personas que habían conseguido estar y ser en el Tao. Una inmortalidad de Presencia, de seguir el rumbo de la Vida, de oír la lluvia, sin querer cambiar su intensidad; de escuchar a las personas sin querer cambiarlas; de ver una flor y no catalogarla, de no decir si es más bonita que otra.

La Inmortalidad está en una gota de agua que sigue su curso.

Igual estoy equivocada, pero no quiero que, al final de mi camino, sean ciertas las palabras de Julio Iglesias.


De tanto correr por la vida sin freno
Me olvidé que la vida se vive un momento
De tanto querer ser en todo el primero
Me olvidé de vivir los detalles pequeños.

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