Las estrellas siempre están ahí. Busca la tuya.

viernes, 15 de abril de 2011

Casa vacía

"El libro de El secreto de la Flor Dorada dice que dirigió su luz hacia dentro por primera vez: miró dentro de sí, buscó dentro de sí; buscó realmente, buscó sinceramente, y cuanto más buscó más consciente se volvió de que no hay mente. No hay nadie dentro; es una casa vacía. Solo hemos creído en ella. Hemos aceptado la creencia de otros acerca del alma, el ser, el ego. Nunca lo hemos mirado, nunca lo hemos verificado. Y cuanto más descubría que no se puede encontrar a nadie, más feliz y contento se sentía. Su rostro se relajó, le rodeó la gracia. Pasaron horas, pero para él no había cuestión de tiempo en absoluto. Seguía sentado y sentado, y disfrutando este gozo que estaba saboreando por primera vez en su vida. Algo inmensamente delicioso estaba surgiendo en él. Entonces empezó a salir el sol, y con los primeros rayos de sol Bodhidarma le dijo: "Señor, ya es suficiente. Ahora abra los ojos. ¿Se ha encontrado dentro o no?". Y el rey abrió los ojos y miró al maestro. Vio la belleza de que la ferocidad surgía de la compasión, vio el amor, hizo una reverencia, tocó los pies del maestro y dijo: "la ha calmado para siempre. No está ahí. Ahora sé que estaba creando un barullo innecesario acerca de alguien que no existe en absoluto". "La existencia es gozosa. La existencia está llena de luz. Y la luz interna y la externa son la misma: no hay nada interno; no hay nada externo. Todas las distinciones desaparecen. No está ni fuera ni dentro; está en todas partes: también dentro, también fuera. Y es la misma luz, la misma luz que ves brillar en el verdor y la flor, y bailando sobre el loto. Es la misma luz que se convierte en claridad dentro: iluminación, percepción, entendimiento. Esta luz, esta flor de luz, estos pétalos de luz, llenan todos los espacios fuera y también dentro". (Osho)

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