Las estrellas siempre están ahí. Busca la tuya.

martes, 31 de mayo de 2011

"Cuando entras en este estado, respiras en cada flor, vuelas con cada pájaro, sientes cada crujido bajo tus pies. Encuentras belleza y sabiduría, puesto que la sabiduría se encuentra en todos los sitios donde se forma la belleza. La belleza se forma en todas partes, fuera de todo lo material de la vida. No tienes que buscarla, sino que vendrá a tí"
"La canción del alma puede cantarse de muchas maneras. El dulce sonido del silencio puede escucharse muchas veces."

(N.D.Walsch)

"Y yo no puedo enseñaros la oración de los mares y los bosques y las montañas."

(J.Gibrán)


"Y al llegar la hora sexta, toda la tierra se cubrió de tinieblas hasta la hora nona. Y a la hora nona exclamó Jesús con fuerte voz: Eloí, Eloí, ¿lemá sabacthaní?, que significa: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? Y algunos de los que estaban cerca, al oírlo, decían: Mirad, llama a Elías"(Mc).

Las tres primeras palabras manifiestan la caridad infinita que brilla en el centro del mismo dolor. Jesús parece olvidar sus torturas, pide perdón por quien le maltrata, ofrece el paraíso quien se arrepiente, entrega a su Madre y la cuida. Las dos palabras siguientes expresan la intensidad de su dolor. Son gemidos hondos que llegan al Cielo.

Han pasado una o dos horas desde la crucifixión; la mayoría han sido de silencio. Con este grito fuerte se abre una ventana al hondo dolor de Jesús, se manifiesta el escándalo de la cruz hasta lo más profundo. Dios parece inerme, derrotado, distante, pasivo, permitiendo el dolor de su Hijo, queriéndolo. Ahora Jesús experimenta el abandono, y apura el cáliz del dolor. Es el momento de la total desnudez de quien no tiene ya nadie en que apoyarse. Parece como si la prueba fuese excesiva y Jesús estuviera apunto de quebrarse. Es más hondo aún que, cuando en la agonía del huerto, pide al Padre que aleje aquel cáliz, pero acepta en obediencia lo que va a venir. Ahora el cáliz está aquí, ya no es agonía, es muerte, es abandono. Parece que la humanidad de Jesús no experimenta el consuelo de la presencia de Dios, como si no se sintiese Hijo siéndolo realmente. "

La duda se convierte en desesperación.
La desesperación se convierte en muerte, en abandono.
El abandono Total en Entrega Total...
Y después de la Muerte, la Resurección...
Después de la Muerte, la Eternidad...

(no hay muerte física, sino mental, el Fin del Ego)

"Yo no puedo enseñaros la oración de los mares y los bosques y las montañas."

Si te paras un MOMENTO, y descansas del viaje, quizás podrás VER el paisaje.

2 comentarios:

  1. Esta historia es interesante y me sugiere que la cruz en si mismo es un símbolo del Yo, del Ego, del punto donde las lineas se cruzan formando un centro desde donde creemos ser alguien y es ahí donde Jesús tiene ese proceso de muerte personal pasando por todas las dudas y temores que cualquier persona tenemos a la hora de morir para cualquier cosa.

    Es curioso ver ese desenlace que va desde el sufrimiento a la pasión y de la pasión a la compasión y de la compasión a la iluminación... quizás si fueramos un poco más curiosos, dejando el egoismo a un lado, podriamos descubrir en nuestras propias carnes ese hermoso desenlace.

    Un abrazo y gracias.

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  2. Goyo, gracias de nuevo.
    Tus reflexiones son bonitas.
    Si se mira las historias, en este caso de Jesús, sin dogmatismos, yo, al menos, aprendo mucho más que el simple "créelo, que es la verdad".
    Me parece mucho más entendible así, la muerte y resurreción de Cristo, o la Iluminación de Buda, etc. etc.,
    "El pecado original", para mí es que nacemos con Ego. ´Lo que sigo sin entender es porque en ciertas escrituras nos comentan que somos "imperfectos" ¿quizá por este mismo Ego, las programaciones mentales que nos obstaculizan ver sin juzgar?....
    Un abrazo y gracias a tí :-)

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