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viernes, 20 de abril de 2012

«La ciencia ha demostrado que prestar atención plena, es decir, atender a la riqueza de las experiencias en el aquí y el ahora, mejora la fisiología, las funciones cognitivas y las relaciones interpersonales. Estar completamente presentes en la conciencia nos abre nuevas posibilidades de bienestar».
(Daniel J. Siegel, "Cerebro y mindfulness")


"La clave de la atención plena la encontramos en una cualidad o estado de la conciencia que se sostiene en la sucesión de cada momento, es la manera de notar el momento-a-momento en el flujo de la experiencia. La atención plena es un estado de calma mental en la que la atención se enfoca en la experiencia presente; es un estado de conciencia que carece de metas u objetivos. Con la atención plena se puede conseguir registrar los hechos que ocurren tal como son. sin distorsiones ni juicios subjetivos ni cualquier otro agregado producido por los filtros con los que nos enfrentamos a la realidad. En síntesis, se puede decir que no se trata de reemplazar los pensamientos negativos por otros positivos, sino de aceptar el continuo flujo de pensamientos, sensaciones y emociones, sin entrar en valoraciones ni enjuiciamientos."

(Manuel Montiel Cabrera)


"Cuando uno está atento está completamente vivo, completamente presente. Entonces puede conectar con las maravillas de la vida, que pueden nutrirle y curarle."
(Thich Nhat Hanh)

2 comentarios:

  1. Me gusta la entrada cielo, aunque la verdad es que es algo que parece que nos cuesta un poquito, tener esa atención plena en el aquí y ahora sin enjuiciar nada.
    Gracias Mª Carmen.

    Un gran abrazo

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  2. Bueno, parece que esa "atención plena" es durilla... jajaja. La mente nos llena de pensamientos y de conceptos a cada momento. Y esa "atención plena" no es un estado continuo, o una práctica ( de tal o cual forma). Cuesta cuando nos identificamos con nuestros pensamientos, y creemos que somos ellos, que ya no hay más. Yo nunca me había planteado o diferenciado el hecho de pensar y de que yo puedo salirme del pensamiento, ( o al menos, reconocer el pensamiento). Un movimiento de la mano al abrir la cerradura. Cualquier gesto mecánico que efectuamos, es una buena oportunidad de estar "atentos" al movimiento, ya que, de por sí, ese movimiento ya no implica un pensamiento. Perdona si me he extendido mucho...
    Otro gran abrazo.

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