Las estrellas siempre están ahí. Busca la tuya.

miércoles, 8 de diciembre de 2010


MADUREZ

El otro día puse la televisión y en ese momento estaban haciendo una película. La escena representaba un señor que llama al timbre de una casa. Sale una señora, una amiga, y el señor le dice:
“-¿Te acuerdas de X ( no me acuerdo del nombre), pues ha muerto de cáncer. Y he estado reflexionando mucho y me he dado cuenta de que tengo 45 años y estoy solo; y que he desperdiciado toda mi vida”.
A lo que la señora le contesta:
-“Nunca es tarde para empezar de nuevo.”

¿En que momento oportuno de nuestra vida nos damos cuenta de que estamos vivos; si es que nos damos cuenta? ¿En que momento y por qué razón nos damos cuenta de que hemos estado existiendo, pero no viviendo? ¿Qué es lo que ha de pasar para dar este cambio en nuestro pensamiento?
De repente te quedas vacío, triste, perdido. Una desesperación como la del señor de la película, un no saber que hemos estado haciendo hasta ahora. Una sensación de haber ido con el “piloto automático” durante 40 años.
Pero como le contesta la señora, ese es el momento de aprovecharlo, de no dejar pasar la oportunidad de “morir” a lo viejo.
Duras pruebas nos esperan cuando decidimos matar lo viejo. Porque matamos toda nuestra existencia anterior, nuestra existencia interna. Esos valores tan asumidos durante toda nuestra vida, ahora se nos presentan extraños y obsoletos.
-¿Qué quieres tú para ti? Le pregunta Katsumoto a Algren en “El último samurai”?

“De repente un día, estás vivo. Amando, moviéndote, respirando… Y todas las bellezas y las experiencias de la vida están disponibles ante ti. El sol sale por la mañana, la luna aparece por la noche, y la extensión celestial se llena de estrellas.
Alaba. Siéntete agradecido. El don es tan valioso que no puedes imaginar cómo obtenerlo. Está más allá de toda valoración. ¿Puedes pensar, puedes imaginar algo que puedas hacer que te conceda más vida? ¿Cómo lo harías? ¿Qué harías? No puedes crear ni un solo instante de vida. Es un don.
Y cuando uno empieza a alabar, las cosas se tornan cada vez más hermosas. Los árboles son más verdes, las flores florecen como nunca antes… Porque estabas ciego y no podías ver. Los pájaros cantan como nunca antes. No es que no cantasen, es que estaba sordo. De repente, tus sensaciones están abiertas; de repente, tus sentidos se tornan sensibles, receptivos… Y toda la vida se convierte en una celebración”
(Osho)

¿Qué quieres tú para ti?....
Sentir la Vida en cada sorbo de aire….

No hay comentarios:

Publicar un comentario